De mi consideraciòn, a quien corresponda:
Con mi màs profundo respeto, como mujer, madre y esposa.
El motivo de esta carta es simplemente hacer saber o conocer la difícil situación por la que mi familia y yo estamos atravesando.
Antes que nada, deseo presentarme. Mi nombre es Silvia Marìa Santagatti, tengo 42 años, mi esposo es Ulises Fernàndez de 44 años, y nuestro pequeño Adriel de 9 años.
Quizàs muchos de ustedes hayan oìdo hablar sobre mi, o tal vez tuvieron la oportunidad de leer alguna de mis cartas, ya que, desde hace dos años, he intentado por varios medios hacer saber a las empresas, los periòdicos, etc., nuestra situación. De esas cartas enviadas, he rescatado la respuesta de mucha gente, brindàndome su amistad incondicional, que aun conservo.
Como madre y esposa, he decidido reiterar las veces que sea necesario esta carta, o mejor dicho mi pedido desesperado, hasta encontrar un alma solidaria, como sè que hay todavía.
Nosotros no pedimos dinero, de ninguna manera, sino la oportunidad de un trabajo digno, cansados ya, de enviar curriculums, mi esposo de recorrer lugares, entrevistas, etc., que siempre terminan en lo mismo…un “te llamamos”. Uno termina cuestionàndose, tanto sacrificio para estudiar, tanta honestidad, tanto aprendido, tanto para dar, uno piensa si ya, después de los 40 , se es viejo, o los años de estudio se convierten en nulos.
Por causas ajenas a nuestro entendimiento, y supongo que tambien al entendimiento de cualquier persona de bien, desde hace casi dos años nos encontramos sin techo, sin un lugar fijo para vivir, habiendo tenido nuestra casa, un familiar muy cercano, aprovechando nuestra ausencia por trabajo y nuestra lejanìa, ya que en el año 2011, una empresa nos propone trabajo en Rincòn de los Sauces, Neuquèn, usando mètodos de muy baja calaña, puso en venta nuestra casa. La empresa que nos contratò en Neuquèn, nos estafò, al no cumplir con sus promesas laborales y economicas pactadas, y cuando decidimos regresar a Buenos Aires, ya no tenìamos donde vivir. Asi comienza una triste cruz, viviendo en lugares prestados, con nuestros muebles a cuestas, perdiendo cosas, etc. En el dìa de hoy nos encontramos viviendo en un camping, gracias a que el dueño, nos prestò un espacio pequeño, que no es una casa, pero por lo menos pudimos acomodarnos los tres, con nuestras cosas...sigo pensando que no es justo para nadie llegar a esto. Aquí cuidamos el lugar, y lo mantenemos pero lamentablemente no recibimos sueldo fijo, solo una ayuda como para poder comer, es triste , pero es lo ùnico que nos queda, dada nuestra situación de calle.
Vuelvo a reiterar, nosotros necesitamos un trabajo digno con un sueldo digno, valga la redundancia, que nos permita, alquilar una casita, y poder comenzar de nuevo, en cualquier parte del paìs. Nosotros estamos dispuestos a dejar Bs As. Y radicarnos en cualquier lugar con tal de poder salir de esta situación y darle a nuestro hijo lo que merece, ya soportò bastante son sus apenas 8 añitos. Es muy duro, no tener, o no poder brindarle lo que èl necesita. Comenzaron las clases, la escuela, y una madre sabe, todo lo que esto implica…ropa, mochila, útiles, sin exagerar, hoy en dia eso està casi fuera de nuestro alcance. Mi esposo es una persona honesta, excelente padre , es muy trabajador, esta ampliamente capacitado como técnico quimico y de laboratorio. Es asesor de seguridad e higiene, tiene experiencia en industrias, pero lo màs importante es que hoy en dìa està dispuesto a aceptar cualquier empleo, que nos brinde un sueldo para acceder a una vivienda, por supuesto alquilando. Toda persona tiene derecho a un techo y con mas razòn un niño. Yo tambièn, a pesar de mi tristeza, angustia, miedos, que quien sea padre o madre sabrà comprender, estoy capacitada para trabajar dignamente. Sòlo necesitamos una mano bondadosa, que nos abra una puerta, en cualquier lugar del paìs. Yo sòlo pido, a quien haya leìdo este pedido en alguna otra oportunidad, o una de mis reiteradas cartas, no es mi intenciòn molestar, simplemente pido que alguien me escuche, que alguien con un corazón solidario tenga piedad de nosotros. Tenemos mucho para brindar y somos gente de bien y agradecidos. Yo sè que Dios lo harà posible. Tengo fè y fuerzas todavía.por mi hijo, no voy a bajar los brazos. Dios sabe que esto es verdad y sòlo le pido que bendiga a todo aquel que lea esta carta. Me despido con un gracias enorme, y solo pido una respuesta, aunque solo sea para saber que alguien leyò estas extensas lìneas. Vuelvo a pedir disculpas por este atrevimiento, ojalà sepan entender mi desesperación de madre y esposa.
Adjunto el currìculum de mi esposo Ulises Fernandez.( ulisesofernandez@yahoo.com.ar).
Atte. Silvia Santagatti
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Neuquen
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